La semana pasada fue de lo más movida; queda poco para acabar el curso y las actividades parecen no tener fin.
El martes teníamos excursión al Centro de Interpretación de Aves, que está en el Cerro San Miguel, justo antes de llegar al Castillo de Burgos; ¿sabéis cómo íbamos a subir hasta allí? ¡Escalando!
Con una cuerda que se ataban nuestr@s acompañantes a la cintura, conseguimos llegar; ¡fue toda una aventura! Allí nos enseñaron muchas cosas: cómo tienen las plumas las rapaces diurnas y nocturnas, por qué los alcornoques no se queman si hay un incendio la forma que tienen las huellas de algunos animales del bosque (nuestras favoritas fueron el corzo y el oso…
Al final de la visita vino lo mejor: nos enseñaron las aves que tienen allí: buitres leonados búhos reales, cernícalos…, además del estanque con diferentes especies de patos. La vuelta también fue toda una aventura…
Y el jueves, ¡taller de adobe! Vino nuestro viajero del tiempo y un amigo de un acompañante y nos enseñaron cómo se hacían antes las casas en los pueblos.
Primero había que pisar bien el barro mezclarlo con la paja, que es lo que lo mantiene unido, después echarlo con fuerza en las adoberas humedecidas para que se comprima bien, y finalmente, quitar la adobera !Nos encantó sentir el frescor del barro en nuestros pies!
Nuestra misión ahora es hacer un puesto de limonada con adobe para las jornadas de fin de curso: ¡estáis tod@s invitad@s a probarla!