Desde la Asociación Educativa Freetime planteamos esta actividad como espacio de juego y reflexión con el deseo de que las criaturas de 0 a 6 años que asistan a ella puedan tener la oportunidad de desplegar su juego libre mientras sus figuras de apego disfrutan de la observación, de una charla y/o de una tertulia informal con otras personas adultas en torno a temas relacionados con la crianza.

¿Por qué poner el foco en el juego libre?

Dice Anna Tardos que:

El juego satisface una necesidad interior. Su contenido, sus efectos son inseparables de las motivaciones interiores que lo han originado. En cualquier caso, aunque no comprendamos del todo los mecanismos interiores que se hallan en la base del juego, eso no cambia nada el hecho de que el papel del juego en la vida del niño depende, en gran medida, del significado que tiene para él el juguete que utiliza. Por eso, si dirigimos el juego o si decimos a los niños que jueguen, incluso si conseguimos, por ejemplo, que el bebé mueva el sonajero que le hemos dado, que los pequeños corran o que las niñas se sienten al lado de la cama de las muñecas, no dejamos que se cree la motivación interior que provocan las diferentes modalidades de juego (2014, p.31).

Queremos proteger, respetar y poner en valor el juego libre como actividad, manera de ser, vivir, conocer y pertenecer a este mundo desde el interior de cada pequeña persona hacia fuera. Con un ritmo de apertura de ese interior hacia el exterior que dependerá de las vivencias de cada persona. Queremos proteger la capacidad de nuestras criaturas de ser personas activas, competentes, capaces de elaborar un plan, tener iniciativas y llevarlas a cabo.

Y partiendo del juego libre como oportunidad hemos diseñado dos espacios de juego y reflexión en los que las criaturas podrán jugar de manera autónoma.

Las criaturas que no se desplazan van a tener a su alcance una amplia variedad de objetos que explorar a través de la manipulación. Estos objetos serán escogidos en función del momento evolutivo de las criaturas participantes y no necesariamente serán juguetes como tal pues tenemos a nuestro alcance diferentes elementos cotidianos que pueden ofrecer experiencias muy ricas. Quienes han adquirido la marcha podrán disfrutar de las oportunidades que brinda nuestro obrador de arena. Está inspirado en una de las salas del espacio de juego Strandgut que Ute Strub, fisioterapeuta y pedagoga Pikler, creó en Berlín.

¿Quién es Ute Strub y su relación con el espacio de juego y reflexión?

Para quienes no la conzcan, Ute Strub es una mujer que lleva toda la vida investigando y vivenciando diferentes experiencias de juego como espacios de reflexión. Es discípula de Elfriede Hengstenberg y Emmi Pikler. Tanto Hengstenberg como Pikler “confiaban en que el respeto hacia el movimiento libre y autónomo de los niños creaba la base para un desarrollo saludable de la personalidad. Un tema que les interesaba especialmente era la cuestión de la presencia en el aquí y el ahora y la conexión con aquello que nos ocupa en un momento determinado, sea una persona o un objeto” (Kliass, 2023). En la actualidad a sus más de 80 años continua realizando formaciones entorno al juego libre para personas adultas. Dice de sí misma que en vez de hacer pausas para el café, hace pausas para jugar y en los cursos que imparte a menudo plantea esta sugerente e incisiva preguntar ¿A qué habéis jugado hoy? (Klias, 2023).

¿Qué es un obrador de arena?

El obrador de arena es un espacio de juego y reflexión repleto de enseres de cocina y recipientes llenos de arena seca muy fina. Esta arena fina tan seca parece casi líquida y es esta particularidad la que tanto atrae la atención de las criaturas. Los objetos que ponemos a su disposición en nuestro obrador son utensilios reales e irrompibles de metal, madera, mimbre, tela, etc. que han sido cuidadosamente seleccionados para ofrecer experiencias sensoriales diversas. Las criaturas encontrarán diferentes tipos de objetos, algunos contendrán arena (boles, cuencos, cazuelas, etc) y otros la dejarán pasar (coladores, cestas de mimbre, espumaderas, etc). En el transcurso de su juego se toparán con infinidad de elementos que les permitirán realizar trasvases (copas, teteras, vasos, etc), otros les invitarán a observar con detalle el movimiento (molinillos de café, picadoras, etc), otros les atraerán por su color intenso, las marcas producidas por el uso a lo largo del tiempo o su brillo.

Creemos que la etapa en la que las personas adultas dedican gran parte de su tiempo a acompañar la infancia de sus criaturas es una etapa que en ocasiones se transita en bastante soledad. Es por ello que a través de esta iniciativa quisiéramos también ofrecer un espacio cálido de reflexión en el que encontrarnos quienes maternamos/paternamos, un momento vivencial que contribuya a que las crianzas sean compartidas, debatidas y más conscientes.

Con este espacio de juego y reflexión desde la Asociación Educativa Freetime queremos poner nuestro granito de arena para contribuir a crear una cultura de infancia en la que bebés, niñas y niños sean consideradas personas competentes y activas.

Dice Ute Strub que “los niños con la arena absorben muchas sensibilidades que les quedan para siempre en forma de ternura en sus manos” y es precisamente eso lo que queremos ofrecer, un espacio y un tiempo para la sensibilidad y la ternura.

Bibliografía

Kliass, S. (2023). El arte de dar libertad. Barcelona: ING Ediciones

Tardos, A. (2014). El adulto y el juego del niño. Barcelona: Octaedro: Rosa Sensat.